Los primeros días de agosto, los jóvenes de la parroquia peregrinarán a Roma, a confesar su fe ante las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo. Las primeras paradas, antes de llegar a la ciudad eterna, serán Milán y Asís. Una vez en la ciudad centro de nuestra fe, rezarán en las basílicas mayores, verán las catacumbas, podrán conocer la necrópolis vaticana donde estuvo enterrado San Pedro, y todo en un clima de oración y de fe.